Colección completa de los 500 números que forman la enciclopedia Pulga conservados en un armarito rematado por un copete dorado. Se venden en conjunto, los libros y su armario. Ediciones G. P. Barcelona (ca. 1950)

La lectura es una actividad que se puede realizar sobre multitud de soportes, principalmente electrónicos y tumbados, pero no hace tanto tiempo, los principales vehículos del conocimiento eran unos atractivos objetos tridimensionales llamados “libros”, así de manera genérica. Estos objetos tradicionalmente han tenido millones de aplicaciones prácticas: Arreglar una mesa que cojea, encender una hoguera, hacerse el interesante con guapas jamelgas, adquirir culturilla y, como no, ocupar espacio, como sabrá cualquier coleccionista de guías telefónicas. Porque si bien siempre se ha dicho que el saber no ocupa lugar, los libros siempre se han empeñado en lo contrario.¿Todos los libros? No, hubo una colección que trató de ceñirse al refrán, y ocupar el menor espacio posible, tanto que hizo del mismo su sello distintivo. Si señores, hablamos de la colección de libros “ENCICLOPEDIA PULGA”. El éxito de la colección se basó en una sabia relación de la leyes pocofísicas del espacio-tiempo-dinero. Ocupaban poco, sus pocas páginas se leían en poco tiempo y costaban poco dinero.La “Pulga”, como es cariñosamente apodada por sus fans, data de los años 50, y fue editada por Ediciones G.P. (Grand Prix), editores también de otras mini colecciones como La Enciclopedia Popular Ilustrada o la Enciclopedia Pulga Gigante.