Enc. en tapa blanda de la editorial. Intonso. 509 pp. 19,2x12,7. Ediciones Bergua. Madrid, 1935.

“Manchas de tinta” lanzadas a la calle a instancias de camaradas y amigos de que Luis Royo donosamente reniega, y que son como los primeros brotes de su fértil ingenio. Páginas desenfadadas, ingenuas, sin afeite ni retoque alguno; chispeantes “salidas” del humor juvenil, que alegremente pintan y reflejan las tribulaciones, las burlas y los azares y contratiempos estudiantiles; composiciones escritas en una época de la poesía festiva en España, en que la facilidad de la rima venía a ser su mejor y más alabado encanto. La rica vena de Luis Royo apunta en ellas ya, y luego se manifiesta gallardamente y se agranda y brilla de continuo en sus amenos cuentos, en sus pintorescos artículos de lka actualidad, en sus interesantes crónicas de viajes, en sus vigorosos cuadros de costumbres, tocados con verídico y jugoso pincel. La mirada de simpatía que ha atraído hacia sí en estos últimos tiempos la brava tierra de Aragón se debe en gran parte a la obra –no por breve menos intensa – de este singular escritor, que supo verla, sentirla y quererla con alma de artista y de hijo, y que supo también presentarla a la consideración de los demás con las sencillas dotes de su pluma, tan fina, tan culta, tan salada y tan serena e imparcial, que no perdona ni disimula el defecto, sino que lo realza con garbo hasta lograr hacerlo disculpable y gracioso. Esta obra contiene: Cantares – Páginas aragonesas – Cuentos y crónicas – Crítica literaria – Viajes de “Blanco y Negro”.