21x13. 157 pp. Rústica ilustrada. Nuevo. Edit. Ariel. Barcelona, 2000.

Cada ser humano siente, desea, ama como quiere, a su manera, sin cánones estéticos ni morales. La libertad debería pasar de ser una reivindicación propia de esta era moderna y de este siglo agonizante, a considerarse desde el 2000 lo que siempre debió de ser, algo con lo que el hombre nace y que ejercita en el seno de una sociedad organizada. Y la libertad amorosa, como bien sabemos desde Fourier, es la base de toda libertad. Pueden gustarnos los hombres, las mujeres, altos, rubios, bajitos, morenos, de un color o de otro, más jóvenes, menos…todo entra, o debería entrar en el siglo XXI dentro de la normalidad. Una normalidad tan amplia como lo es el espectro de los individuos que integran nuestro continente, nuestro mundo que reivindicamos sin fronteras. Desde que el mundo es mundo, el ser humano se enamora, cree enamorarse, vive feliz gracias a ello, sufre por ello, da la vida por ello. De las pasiones que citaba Descartes, el amor es sin duda la primera, la más grande, aquella, incluso por encima de la ambición, por la que el ser humano está dispuesto a darlo todo. Este libro aspira simplemente a hablar del amor como sentimiento. A convencer de que hay que enamorarse. A contar cómo hay que enamorarse, cómo enamorar. Pero también a persuadir de que no sólo basta con sentir. Hay que saber decir nuestros sentimientos. Y saber estar cuando se está con el Otro.